Carta a los padres jóvenes, formadores y soñadores. [para difundir entre ellos]
Ganemos tiempo, no lo perdamos queriendo que personas mayores de 25 entiendan que hay que hacer para crear un mundo mejor. (Sólo hay soñar y tornar los sueños realidad) Enfoquémonos en las generaciones más jóvenes. Importa todo lo que viene. Las oportunidades fueron dadas para todos, los que las tomamos entreguémoslas sin confusiones a las nuevas generaciones de humanos, ellos tendrán un arduo trabajo por hacer, liberemos pues sus caminos.
Si deseamos una sociedad nueva, más justa y consciente, no repitamos la historia.
Si no deseamos una sociedad guerrera, no repitamos la historia.
Busquemos otra estructura, pues la guerra y el clasismo es el machismo territorial exacerbado. Utilizado como medio de crecimiento social fue retrograda y nefasto para los romanos, como para nosotros.
Contemos con nuestras acciones una nueva historia, miren a sus antepasados y recuerden lo que les enseñaron de la vida en sociedad. Ahora: cámbienlo, mejorándolo.
Lo que no aprendemos nosotros hoy lo tendrán que aprender otras generaciones de humanos en situaciones más agravadas.
Que las madres sean a partir de ahora las cabezas de familia, pues tienen intereses en común con la vida, su ciclo las atraviesa mes a mes.
Escuchemos a los niños, pues ellos llegan al mundo con todo el conocimiento de humanidad condensado y actualizado. Guiémoslos hacia su propio destino. No los deformemos con obtusas estructuras emocionales y mentales.
Como formadores cultivemos el valor y el respeto y no el miedo a ser castigado y atacado.
Cultivemos la responsabilidad de elección. Y no la culpa, el castigo o el premio.
Cultivemos la capacidad de compartir. .Y no el sentido de posesión.
Cultivemos hombres y mujeres que sean libres pensadores. Y no los atemos más a las frustraciones propias y de nuestros antepasados, responsabilicémonos nosotros mismos de esta parte de la historia y contémosle a nuestros sucesores una nueva, una mejor.
Cultivemos la individualidad creativa. Y no la masividad aburrida e inconsciente.
Cultivemos seres majestuosos. Y no mujeres que se sientan objetos reproductivos llamativos aptos para su compromiso con la maternidad u hombres que se sientan dueños del mundo pero llenos de miedo de reconocer su propia energía femenina.
Enseñemos valores y conocimientos reales, la consciencia de los pueblos de la tierra. Y no las ridículas mentiras de los manuales.
Seamos pioneros de una nueva humanidad.
Seamos formadores de los sueños que soñamos.
MKSS
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