jueves, 4 de junio de 2009

11º Carta en el post capitalismo

El cielo

De boca al cielo veo como dos nubes gigantes,
bloques inmensos de mar y de río que burlan las formas y la fuerza de gravedad,
comienzan a acercarse y a cerrar el espacio entre ellas,
ellas se van integrando, necesitando la una de la otra
transformándose en una nueva forma
no hay un quiebre, y luego la nada seguida de lo nuevo,
no hay mal tiempo y no hay tiempo mal gastado.
Así me siento más tormenta, así me siento vivo.

No somos más que seres sustentados por organismos de agua
y otros elementos en constante movimiento:
evaporándonos y condensándonos
lloviéndonos y deslizándonos.
Deshidratándome, destilándome en contacto directo con la luz blanca,
a través de mí intensamente violeta y dorada,
luego me elevo, me agrupo, me vuelo, me lluevo.
Nunca igual, siempre nuevo, fresco
cada célula, cada pensamiento, cada emoción.
Ese es mi poder, el poder de los hombres: construirme a cada paso.
Estoy aquí, adentro del cuerpo y afuera:
soy la humedad del aire, el brillo en los ojos, la tierra en el suelo.
De boca al cielo percibo que cerrar una etapa no consiste en borrar ni en negar lo pasado.
Un cierre significa dar espacio a lo nuevo integrando lo viejo, construyo la realidad deseada desde cada una de mis células y pensamientos.
Crear pensamientos adecuados,
eligiendo cuidadosamente las palabras con que los llevamos al plano material,
concretar en acciones sólo aquello que permite, libera y construye..

De abrir y cerrar se trata, las llaves: los conocimientos,
los nuevos paradigmas que abren y expanden nuestra consciencia.
Las puertas que se abren nos marcan el camino.
Aquellas que no podemos abrir nos indican por no donde ir, que hay que continuar.

Asumir los roles que uno elige, abrir las puertas de la disciplina que se abraza al placer.
Abrir las puertas del amor más fuerte, el del desapego.
Abrirse a conocer y perfeccionar sus dones,
cerrar definitivamente las puertas de la destrucción auto gestionada
porque después y antes de todo no hay por qué,
mi mente es mi vehículo preferido
y mi cuerpo es una herramienta perfecta que asimila sólo aquello que necesita.

Elijo el cielo y el Sol por tarde,
la compañía de aquel hombre de oro,
el placer como camino evolutivo.
La tibia paz.

MKSS

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