viernes, 10 de abril de 2009

8º Carta en el post capitalismo

La piel de cebolla



Escuché una vez que este vaivén emocional es típico de mi edad,

en la que uno va reconstruyendo su identidad con las certezas que fue aprendiendo.

Es el tiempo también en el que mi duda queda en el pasado,

en el que una mano toma la otra,

siendo esa mi certeza más importante de aquí en adelante.



Hoy puedo afirmar que sólo hay que construir licencias para dejar que las cosas perfectas ocurran todas a nuestro alrededor, que todo fue siempre aceptado y amado desde el centro del fruto y no desde quien observa el árbol.



Tomo revancha y me lanzo hacia el mundo del cual soy reflejo y espejo.



Si estuviera tirado en mi cama escribiría que el sexo lo es todo en mi vida

pero estoy sentado y escribo:

el sexo fue solo mi primer encuentro con el despertar, mi primera herramienta.



Mi vida se basaba en el arrepentimiento oportuno detrás de cada acción.

En el arrepentimiento y en la infinita piel de cebolla de excusas en mi cabeza.

En esa infinita piel y en la soledad, que me llevó de cama en cama, de calle en calle.

Soledad que hoy desmenuzo y veo como la humana necesidad de sentirse amado.



Amado por los padres, por los amigos y aún amado por uno mismo:

amado por otro amado.



¿Por qué no ser amado sólo por ser, por estar presente, por ser presencia y presente?

¿Por qué construir estructuras ineficientes para cubrir falencias?

Ilusiones: todo era amor disfrazado en incapacidades, amor que aún no había florecido.



Es el camino de la elección/ lección

luego del valor o la cobardía

de la acción o la inercia

de ver, descubrir y trabajar o de taparse los ojos.



Hoy celebro mi encuentro conmigo y con mis hermanos de todos los colores

Celebro el haber elegido todo lo elegido hasta hoy,

llegando al punto donde “la certeza del amor propio de todo lo que es” retumba y cura,

donde el deseo es deseado y viceversa, donde no hay limites que interfieran entre la luz y la imaginación de los hacedores del futuro.



Soy la plena expresión del amor y la belleza de la vida.

Acepto mi sexualidad y su expresión con alegría.

Soy la expresión viviente y jubilosa pues soy la forma detrás de la deformidad avasalladora de la fuerza de la vida.

Soy el fuego y el hombre que lo lleva adentro.



MKSS

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